Breve exposición de los ponentes de la tarde anterior, sobre la primera carta de Pablo a los Corintios
Sede A
Breve exposición de los ponentes de la tarde anterior, sobre la primera carta de Pablo a los Corintios
El padre Jesús María Lecea expresó:
Pablo, hace referencia a la unidad del cuerpo. El cuerpo funciona cuando hay articulación entre sus miembros. Lo aplica a los carismas y por eso se puede aplicar a la vida religiosa, como cuerpo carismático, manifestada en la diversidad de familias religiosas a lo largo de la historia.
Unidad no implica homogeneidad. En lo que se refiere a los carismas en la comunidad de Corinto, Pablo enfatiza la profecía, porque debe ser entendida por y para la comunidad. Los dones que has recibido debes ponerlos al servicio y a la edificación de la comunidad. Dejad la glosolalia si no la entiende nadie.
Hay que destacar el cuerpo profético de la vida religiosa hoy, tanto al interior como hacia afuera. Aunque al profeta no se le escucha mucho en su propia casa, pero vemos a Jesús profetizar en Nazaret.
El otro elemento es el cuerpo, pero cuerpo reconciliado. Pablo dice, más allá incluso del carisma de la profecía, está el amor. Para él la comunidad de Corinto tiene que ser un cuerpo unido y pide la unidad en el amor.
Hoy la vida religiosa tiene que interpelarse y escribir la carta como cuerpo reconciliado, y como dice Pablo con corazón ensanchado frente al corazón restringido, desechar el odio y dar entrada a la convivencia; lo cual no significa evitar los conflictos.
Ser cuerpos reconciliados para la iglesia, como voz profética, a través de la diversificación de ministerios. Dejar los miedos que provoca la diversidad. Como cuerpos reconciliados hacemos familia en la iglesia y en sociedad. Al estilo de Jesús, en el lavatorio de los pies, superaremos esa ansia de poder y nos pondremos al servicio de los demás. El poderoso se aprovecha, maltrata, humilla, rompe la convivencia humana; por eso la vida religiosa tiene algo que decir en un mundo reconciliado.
Departe del profesor Aquilino Bocos:
Continúo con las afirmaciones que expresaba la tarde de ayer. San Pablo reafirma su ser apóstol, lo asume en su identidad y desde allí sale a afrontar los conflictos que surgen en su misión. Pablo ha experimentado a Cristo muerto y resucitado, Cristo vive para siempre, y lo que él hace es expandir el buen olor de Cristo, desde esa perspectiva justifica su apostolado.
Luego aborda el ministerio del Espíritu, reconoce que en su debilidad ha recibido el don de ser apóstol, es movido por éste y es llevado a predicar lo que le dicta. Este Espíritu es tan novedoso que suscita la Nueva Alianza, y dice, me ha hecho el Señor ministro del Espíritu, ministro de la Nueva Alianza.
En tercer lugar, hace referencia a su ser de apóstol en la debilidad humana, dice, la apariencia que tengo realmente es pobre, tengo muchos problemas, está enfermo, tiene tantos problemas, pero sin embargo está lleno de gozo por el Señor lo ha hecho ministro de consolación, embajador de Jesucristo, y no hace otra cosa más que transmitir la misericordia y bondad de Dios. Si Cristo nos ha amado, ha entregado su vida por nosotros, nos ha reconciliado con el Padre, somos todos uno en Cristo, ya no hay que estar pensando en divisiones y tensiones entre judíos y gentiles, entre circuncisión e incircuncisión, entre la ley o la libertad; hoy somos todos por la fe un pueblo nuevo, que está orientado por el mismo Cristo, del cual soy un simple ministro de reconciliación.
Conclusión:
La alegría de la comunión, es saberse envuelto por el tono pascual, que está girando en torno a la vida de San Pablo y que nos transmite a nosotros; el misterio pascual lo hace todo nuevo y da un gozo experimental, que dentro de la persecución, dentro de las calumnias, dentro de todas las adversidades que experimenta San Pablo, nos llega a reflejar la transfiguración de sí mismo. La vida consagrada debe ser icono de la transfiguración (Cf. VC 15). San Pablo después de sentirse transfigurado, no sale de su boca más que alabanza y acción de gracias en medio de las tribulaciones.
La carta de Cristo que llevamos, debe manifestarse en mantener agradecida la misericordia y consolación, el evangelio de Jesucristo, la caridad, la sabiduría, la reconciliación y la comunión, como primacías paulinas para la vida cristiana y eclesial. Evidentemente, somos una carta de Cristo, redactada por el ministerio nuestro, escrita no con tinta sino con el espíritu de Dios.
Cristo sigue escribiendo su carta en nuestros corazones, en nuestras comunidades y en el conjunto de la vida consagrada, para atender a cuantos nos rodean en el inconfundible y gozoso testimonio de que somos de Cristo, de que acreditamos la eclesialidad de nuestra vida y nuestra misión es extender el evangelio por todo el mundo.
La voz de Pablo sigue sonando, es un modelo y proyecto de vida que revivir, nos dice, dejaos sellar por el espíritu de Nueva Alianza, mostrad las marcas de Cristo, testificad la misericordia divina, sed expresión de una fraternidad verdadera, de comunión, reafirmad vuestro real compromiso con los más pobres y excluidos. La carta de Cristo se llega a ser.
Se paso a la formulación de preguntas por parte de la asamblea, éstas giraron en torno a los carismas y fundaciones, ¿Si somos la carta de Cristo, nos entenderán nuestros lectores?, ¿Desde dónde evangelizamos? ¿Cómo vivimos la dimensión profética? ¿Cuáles son las siestas eclesiales? ¿Cómo conectamos con los valores de la sociedad actual? ¿Cómo vivimos los conflictos en la vida religiosa?... Debemos estar al tanto si nuestros proyectos de vida se ajustan al evangelio; si las bienaventuranzas son nuestra medida de vida. Debemos tener los ojos abiertos a las necesidades de hoy, a la cultura, la educación y al mundo juvenil.
Después de un receso, se pasó a la segunda parte. Se invitó a responder a dos cuestionamientos: primero, ¿Qué afirmaciones encontramos en la Carta a los Corintios para crear comunidad con los laicos?; segunda, ¿Qué afirmaciones encontramos en la Carta a los Corintios para crear comunidad con el clero secular? Después de compartir en pequeños grupos, se paso a la puesta en común en asamblea. Concluyó la sesión con la celebración eucarística.
Cecilio Herrera (cronista)
Sede B
10:00 am: Comenzaba la jornada del viernes haciendo una relectura personal de la Carta a los Corintios, para luego compartir en grupos esas resonancias interiores, llevadas a plenaria, desde un interrogante: ¿Qué claves nos da Pablo en la carta a los Corintios para construir una comunidad con los laicos y sacerdotes?
Entre las aportaciones se hizo referencia en varios momentos de alegoría del cuerpo y al Himno del Amor 1Cor 13 y se iban vislumbrando ideas como:
_ • Estrenar nuevas maneras de relacionarnos, convivir, trabajar y celebrar, cultivando relaciones sanas, apacibles, en corrección fraterna y sororal, desde la complementariedad y la convergencia, para ir configurando la realidad de relaciones desde la KOINONIA DEL REINO, que ha de ser nuestro testimonio provocativo y seductor.
_ • Cristo se hace comunión. En la mesa común, el Señor se dio en comida, no se comió a los demás, por eso la Eucaristía es punto de unión y comunión, mesa abierta a todos, respetando los carismas.
_ • Palabras claves: Confianza, reciprocidad, pluralidad en la unidad, escuchar, franqueza, diversidad de dones, apertura del corazón, reconciliación, humildad, diálogo, comunión, celebrar.
A continuación pasamos a la exposición de las líneas fuerzas del P. Jesús María Lecea sobre “¿Son nuestros institutos un cuerpo carismático y reconciliado (1 Cor)?
_ • Cada miembro de la comunidad debe contribuir a la salud de la misma.
_ • No tener miedo hacer aportaciones proféticas en nuestras comunidades.
_ • Talante de servicio: fuente de soluciones.
_ • Criterio clave de discernimiento vocacional: disponibilidad.
_ • Demonios domésticos o virus comunitarios: neurotismo de la perfección, superficialidad, mediocridad, incoherencia.
Líneas fuerzas del P. Aquilino Bocos en “¿Cómo orientar y realizar creadoramente la misión en el conflicto (2 Cor)?
_ • Palabras claves: fortaleza, creatividad, audacia, ternura, alegría, misericordia, Evangelio, reconciliación, misión, comunión.
_ • El que ha puesto su vida a salvo en Jesucristo, no tiene nada que temer.
_ • Carta de Cristo se llega a ser, cuando se profesa, es que comienza el camino.
_ • Ser artífices de comunión, llenando nuestras cartas de contenido evangélico, que sea atractiva y que pueda ser leída por todos los hombres del mundo.
_ • Pablo nos enseña a ser receptivos, pero no pasivos, acoger la gracia responsablemente
El P. Bonifacio cerraba con una frase que bien pudiera ser compromiso vital de esta semana: “He pensado vivir hacía la aurora”.
Terminábamos la mañana celebrando la Eucaristía.
José Alberto, OP.