El año pasado, dedicamos estos días a adentrarnos en la escuela de la palabra... Y además entendimos que teníamos que hacerlo como aprendices, no como maestros... No hay nada más peligroso en cristiano que dar algunas cosas por supuestas
Buenas tardes. Bienvenidos. Felices Pascuas. La mejor definición de la vida consagrada es el testimonio de la resurrección: todas y todos, todas nuestras comunidades no son sino signo de que Cristo está vivo, muy vivo.
El año pasado, dedicamos estos días a adentrarnos en la escuela de la palabra... Y además entendimos que teníamos que hacerlo como aprendices, no como maestros... No hay nada más peligroso en cristiano que dar algunas cosas por supuestas. Con toda la Iglesia, profundizamos en el valor y centralidad de la Palabra en el reciente sínodo. Con toda la Iglesia, como siempre está la vida consagrada, celebramos el año Paulino. Por eso, esta año, la 38 semana de vida consagrada quiere, de la mano del apóstol, ayudar a la vida consagrada española a reconocerse como una carta de Cristo. Un mensaje lleno de posibilidad y de responsabilidad.
En primer lugar de posibilidad, porque nuestras casas y cada uno de nosotros tenemos que creer más en lo que podemos. Hay que vivir con más esperanza, no para que nos vean o nos valoren... sino para que creamos y nos valoremos. Depositarios del don de la vida en Cristo, no podemos ni malvivir, ni soportar, ni simplemente estar.
Y, como no responsabilidad, porque el don de Dios no puede estar ni amordazado ni acomodado. Es un don de vida y osadía que va mucho más allá de la apariencia de nuestras posibilidades. El compromiso con el Reino que tenemos los consagrados es grande, lo que no hagamos quedará sin hacer y además cerrará las puertas a otras y otros llamados a esta vida de libertad y compromiso, siempre necesaria en la Iglesia.
De la mano de San Pablo, adquiriremos la fuerza para convertir en vida la `palabra. Que sean sesiones intensas, llenas de vida. Pero además que llevemos estas palabras a nuestras casas para crecer, en medio de la pluralidad en un firme compromiso de gratuidad que signifique algo en los lugares donde estamos.
Parafraseando la reciente vigilia de la Pascua, estamos en el bimilenario del apóstol Pablo, 38 años después de aquella primera semana, 65 desde el primer número de Vida Religiosa, 50 desde que un maestro de teología de la vida consagrada recibió la ordenación sacerdotal (P. Severino para quien pido un aplauso)... decidme si no son razones para agraceder la gratuidad y esperanza, la vida y la fecundidad de la Iglesia y de la vida consagrada.
Iniciamos esta 38 semana con los saludos pertinentes.
Os hablará en primer lugar el P. Gonzalo Tejerina Arias, Agustino, Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca de quien depende nuestro ITVR, organizador de la Semana. Es habitual en nuestra casa y en nuestros foros. Religioso-teólogo que está impulsando con esperanza este tiempo, sin duda de fecundidad.
Os saludará D. Manuel Sánchez Monge, Obispo de Mondoñedo-Ferrol. Miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada. Un testigo cualificado de la comunión pastores-religiosos. Él inaugura formalmente nuestra semana, pero sobre todo, lo hace afectivamente. Cree y conoce el don de la consagración y se le nota.
Finalmente, damos la palabra al P. José Cristo Rey, Misionero Claretiano, Director del ITVR, que nos enmarcará este viaje con el Apóstol Pablo. Teólogo, bien conocido, lo más significativo y sorprendente de su persona, es el aliento y la esperanza que infunde en todo lo que vive y hace. Lo que dice es verdaderamente lo que vive...
Mucho ánimo. Buenas tardes y buen trabajo.